Amanecemos temprano y es que un nuevo viaje nos espera. Esta vez, nuestro destino: Bruselas. Queríamos conocer la capital belga y visitar sus alrededores. Si a esto le sumamos, sus deliciosos gofres y sus variadas cervezas, el viaje prometía.
Llegamos al aeropuerto de Bruselas a la hora estimada, pero todavía teníamos que coger el autobús que nos llevaría directos al centro de la ciudad, tal y como os contamos en el post de datos prácticos. Con todo el viaje, teníamos ya medio día perdido, pero todavía queríamos aprovechar la tarde. Así que sin pasar a dejar las mochilas, nos fuimos directamente a tener nuestra primera aproximación con Bruselas.
Próximo a la estación encontraréis el palacio de Justicia. Pero antes de llegar aquí, podréis ver la Port de Hall y uno de los muchos murales que tiene la ciudad.
Llegamos al Palacio de Justicia y nuestro asombro fue evidente. No podíamos imaginar la extensión de este palacio. Y no es para menos, ya que sus 26.000 metros cuadrados de superficie y sus 104 metros de altura, lo convierten en uno de los palacios más grandes e impresionantes de Europa.
Muchos turistas una vez llegan aquí se dan la vuelta y siguen con su ruta, sin embargo nosotros os recomendamos que dediquéis unos minutos a visitar su interior. Su vestíbulo con más de 100 metros de altura os sorprenderá.
Aprovechando que de este día solo podíamos aprovechar la tarde, decidimos dedicarla a visitar el lugar turístico más alejado del centro: el Atomium. Para llegar hasta aquí, necesitamos coger la línea 6 del metro y llegar hasta la parada de «Heysel». Desde aquí ya podemos apreciar el famoso Atomium: pabellón principal y símbolo de la Exposición Universal de Bruselas de 1958.
Se trata de una visita recomendable por el hecho de que es el símbolo de Bruselas. Sin embargo, no esperéis encontrar nada más allá de eso. Tenéis la opción de subir, aunque nosotros decidimos descartarlo ya que el precio era algo elevado.
Si habéis decido venir hasta aquí, no os podéis ir sin dedicar unos minutos a pasear por el parque Laeken. Nosotros por falta de tiempo, solo llegamos hasta el monumento a Leopoldo, sin embargo, según leímos en distintas opiniones, son bastante recomendables el pabellón chino y el japonés.
Volvemos al metro, y es que queremos terminar el día visitando el otro extremo de la ciudad, el barrio europeo, conocido por acoger la mayoría de las instituciones de la Unión Europea. Además, paseando por esta zona, podréis encontrar un trozo del muro de Berlín.
Muy próximo al barrio europeo, está el parque del Cincuentenario. Este no es tan popular como el parque de Bruselas, sin embargo merece un paseo. Os recomendamos que os acerquéis hasta el palacio del Cincuentenario, uno de los edificios más representativos de Bruselas. Su parte más característica es el arco del triunfo, dominado por una cuadriga de bronce que recuerda a la puerta de Brandeburgo de Berlín.
En los extremos del palacio del Cincuentenario, podréis encontrar distintos museos: el museo de Historia Militar, el museo del Cincuentenario y Autoworld.
Después de haber hecho un parón en el parque del Cincuentenario, y es que las mochilas empezaban a pesar más de la cuenta, nos dirigimos a la catedral, no sin antes pasar por algún otro edificio de la zona europea. Justo antes de llegar a la catedral, nos encontramos con «La chambre des Représentants«, el Parlamento de Belgica.
Cuando llegamos a la catedral ya estaba oscureciendo. Perfecto! Así aprovechamos y la vemos iluminada. Una escena que como sabéis nos gusta ver de todas las ciudades que visitamos. Su visita al interior la dejaríamos para otro día.
La hora a la que habíamos quedado con nuestro anfitrión de couchsurfing se estaba acercando, así que aprovechamos para dejar como última visita la Grand Place, ya que su casa se encontraba muy próxima a esta. ¡Que pena que en las fotografías no se aprecie bien la belleza de la plaza iluminada!
Llegamos a casa de nuestro anfitrión (couchsurfing en Bruselas) y tras charlar un rato y cenar, él nos quiso llevar a tomar una de las famosas cervezas belgas. Nuestra elección fue el pub Delirium, localizado en la calle des Bouchers. Este es el pub con más cervezas del mundo, con nada más y nada menos que 1000 tipos distintos. Decidiros por una os costará un rato, creednos!
Además, podéis aprovechar para ver la Jeaneken Pis, ya que se encuentra al lado de este pub. Esta estatua es la réplica femenina del conocido Manneken Pis.
Satisfechos con lo bien aprovechada que había sido la primera tarde en Bruselas, y con unas vistas a la Grand Place, nos fuimos a dormir. Mañana teníamos por delante un día muy prometedor.
Después de cuatro visitas a Bruselas puedo corroborar que mucha gente no va más allá del centro de la ciudad, por lo que visitar los lugares que dices se puede hacer casi en solitario. No conozco el Palacio de Justicia, quizás a la próxima jejejeje.
Que curioso 🙂 el pedazo del muro de Berlin me lo perdi en Bruselas, pero vi otro pedacito en Montreal!!
Saludos!