Contemplando el Cenacolo Vinciano

Durante el mes de noviembre, Ryanair  puso  ofertas en sus vuelos, por lo que tenías la opción de volar ida y vuelta por 30 euros. Por lo tanto, aprovechamos esta oportunidad para hacer una escapada por la parte del norte de Italia. En un principio nuestra idea era hacer una ruta, viendo Milán, Verona, Venecia y Bergamo. Sin embargo, un acontecimiento familiar nos obligó a ir tan solo del 14 al 16 de enero, impidiéndonos ir hasta Verona y Venecia. Tendrá que ser para la próxima vez.

El día 14 de enero nuestro avión despegaba a las 09:20 del aeropuerto de Zaragoza hasta el aeropuerto de Bérgamo. Sin embargo, ese día por motivos de niebla, el vuelo fue cancelado y nos vimos obligados a tener que ir hasta Barcelona que era donde habían desviado nuestro vuelo. Comenzamos con mal pie el viaje.
Hasta las 10 no llegaron los autobuses que nos llevarían a Barcelona, y tras 3 horas y media de viaje, y pasar de nuevo todos los controles, a las 14:30 por fin conseguíamos despegar a Milán, con 5 horas de retraso de lo previsto.

Que ver en Milán día 1

Después de coger el autobús que nos llevaría hasta Milán (ver Datos prácticos de Milán) llegamos a nuestro destino a las 17:30 y sin pasar a dejar las mochilas, nos fuimos directamente al primer punto que queríamos visitar.

Iglesia de Santa María delle Grazie

Varias semanas antes, habíamos comprado las entradas anticipadas a las 18:15 para ver La última cena. Tras ir preguntado a la gente como llegar a la iglesia y después de hacer trasbordo en dos líneas de metro (M2 y M1), llegamos a las 18:00 a la iglesia, (por los pelos!!)

La iglesia de Santa María delle Grazie fue construida en 1463 por mandato del Duque Francisco Sforza. Esta iglesia no destaca sobre el resto de iglesias de Milán a no ser por la pintura que alberga en ella, «La Última Cena«.

La Última Cena de Leonardo da Vinci (Cenacolo Vinciano) es una de las pinturas más famosas del mundo, creado entre 1494 y 1498. Esta pintura es el resultado de un estudio que Leonardo empezó hacia 1490 sobre la iconografía tradicional relativa a este tema. Leonardo da Vinci decide mostrar el momento anterior de la traición de Judas. Se trata de una enorme pintura de 460 centímetros de altura y 880 de anchura, realizada con témpera y óleo sobre una preparación de yeso.
Sobre la pared opuesta se encuentra otra pintura: «la Crucifixión» pintada al fresco por el pintor italiano Giovanni Donato da Montorfano en 1495.

Si deseáis ver el Cenacolo Vinciano, os recomendamos reservar las entradas con más de un mes de antelación. Reservar aquí

También tenéis la opción de reservar una visita guiada. De esta forma os incluirán las entradas, y además podréis recibir una explicación de uno de los cuadros más famosos de la historia. Podéis reservar la visita guiada aquí.

Una vez salimos de la visita (dura aproximadamente 15 minutos) decidimos ir a ver la ciudad de noche. De esta forma nos dirigimos al Castillo Sforzesco, para posteriormente ir hacia la plaza del Duomo, aunque la visita a la catedral la dejaríamos para el día siguiente. A estas horas ya estaba todo cerrado.

Gallerias Vittorio Emanuele II

Donde sí que entramos fue a las Gallerias Vittorio Emanuele II, situadas en la misma plaza del Duomo. Se trata de una galería comercial construida entre 1865 y 1877, en la que se pueden encontrar restaurantes y las tiendas más elegantes.

En el centro de la galería, tal vez encontréis grupos de personas dando vueltas en sí mismas. No os asustéis. No están locas. En este punto, encontraréis el escudo de Turín y un toro. Aquí, es tradición poner el talón sobre los huevos del toro, y dar un giro sobre él,  para que te dé buena suerte.

Teatro alla Scala

Después de cruzar las galerías, llegamos a la plaza Scala, donde se localiza el Teatro alla Scala. Es uno de los teatros de ópera más famosos del mundo. Aunque su aspecto exterior es simple y sobrio, el interior no deja de sorprender a todos sus visitantes. La visita al museo del teatro resulta interesante ya que permite recorrer el vestíbulo además de contemplar la sala del auditorio. Sin embargo, nosotros optamos por no entrar ya que era la hora de la cena y después de tanto viaje estábamos cansados.


Fuimos a cenar por la zona y paseando llegamos al albergue, del cual os hablamos en el post «Datos prácticos«. Tocaba descansar y recargar las pilas. Al día siguiente, teníamos que ver lo que habíamos planificado desde el primer momento y lo que por culpa de la cancelación del vuelo nos habíamos dejado por ver este día. Asi pues.. ¡a dormir!

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5 comentarios de “Contemplando el Cenacolo Vinciano

    1. La verdad que es una pena haberlo tenido que ver con andamios.
      Nosotros cuando fuimos, las galerías Vittorio Emanuele también estaban como tú dices por el exterior, una lástima.
      De todas formas, ya pudimos ver algunas construcciones para la Expo terminadas.
      Un saludo!

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