
Llegaba nuestro último día en Bélgica. Nuestro avión salía a primera hora de la mañana del día siguiente, por lo que no nos quedaba otro remedio que pasar la noche en el aeropuerto. Recordaréis que el primer día lo aprovechamos para ver las zonas más alejadas de Bruselas, la zona del Atomium y el barrio europeo (post día 1), pero todavía nos quedaba mucho por ver: la catedral, la Grand Place, el Manneken Pis, … mucho por ver en un solo día. ¡Nos ponemos en ruta!
Comenzamos la mañana recorriendo algunas zonas cercanas a la casa de Cristian (el chico con el que nos alojábamos a través de couchsurfing) A lo largo del día, íbamos a quedar con él ya que nos iba a acompañar a algunas zonas de la ciudad no tan conocidas. ¡Pero vayamos por partes!
Comenzamos el recorrido visitando la iglesia de Santa Catalina. Esta iglesia fue construida en el siglo XIX y aunque la fachada muestra un aspecto algo descuidado (sobretodo el lateral), es algo que le aporta mayor encanto a la iglesia.
Nuestra siguiente parada era el Teatro Real de la Moneda y tras alguna fotografía, seguimos nuestro recorrido hasta las Galerías Reales o también conocidas como Galerías de Saint Hubert. Diseñadas en 1847, se trata de las primeras galerías comerciales de Europa. Miden aproximadamente 200 metros de largo y están cubiertas por una enorme cúpula de cristal. Se encuentran divididas en tres zonas: la galería de la Reina, la galería del Rey y la galería de los Príncipes. Si hacemos memoria, guardan un cierto parecido con las Galerías de Vittorio Emanuele II de Milán, ¿no creéis?
Atravesando las galerías, llegamos a la impresionante Grand Place, para nosotros lo más bonito de Bruselas. Esta animada plaza, forma parte del conjunto arquitectónico del siglo XVII más bonito de Bélgica. En esta plaza encontraréis una gran cantidad de edificios, cada cual más bonito.
El hotel de Ville, o ayuntamiento, se encuentra al suroeste de la plaza. Es la joya arquitectónica más importante y antigua de la plaza, en concreto de 1459. Destaca una torre de 96 metros de altura con una estatua de San Miguel.
En la plaza encontramos también la maison du roi o casa del rey construida en 1536. Actualmente acoge el museo de la Ciudad, donde se muestran tapices y los pequeños trajes del Manneken Pis. Entre los número 14 y 19 de la plaza, se encuentra la maison des Ducs de Brabant. Se trata de seis casas gremiales con raíz flamenca. En los números 26 y 27 de la plaza, está Le Pigeon, la vivienda en la que se alojó el novelista Victor Hugo en el año 1852.
Para acabar, en un mismo edificio encontramos le Renard, le Cornet y Le Roy d´Espagne. Este último, el bar más famoso de la Grand Place por las vistas privilegiadas desde su terraza.
A la izquierda del Ayuntamiento hay una estatua hecha en bronce. Se trata de la estatua de Everad´t Serclaes, ejecutado cuando defendía Bruselas en el siglo XIV. Se dice que si se le toca el brazo, te dará buena suerte, así que no os olvidéis de hacerlo.
De la Grand Place, fuímos a ver la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula. Aunque ya habíamos ido el primer día, era ya de noche y no habíamos podido ver el interior de la catedral. La catedral es una construcción de estilo gótico que se inició a principios del siglo XIII, pero a pesar de su antigüedad, la iglesia no adquirió el título de catedral hasta 1961. La catedral, fue saqueada en varias ocasiones por lo que su interior es más sobrio de lo que debería. Sin embargo, conserva un aspecto igualmente impresionante.
Desde la catedral, nos dirigimos a ver las vistas de la ciudad desde Mont des Arts. Bonitas, no?
Al final de la subida, se encuentra la Plaza Real y la Iglesia de Sant Jeaques du Coudenberg. La iglesia, cuya fachada evoca un templo griego o romano, se levantó en 1787. Sin embargo, en este mismo lugar en el siglo XII, ya se encontraba una capilla que tuvo que ser demolida tras el incendio que destruyó el palacio de Coudenberg.
Bordeando la plaza, se llega a la residencia Coudenberg, reconvertida actualmente en un museo, y al enorme Palacio Real de Bélgica. La construcción del palacio comenzó a principios del siglo XIX. Aunque es la sede de la monarquía belga, desde 1831 ya no es la residencia real, sino que los reyes viven en el palacio de Laeken, en las afueras de Bruselas.
Muy próximo al palacio real, se encuentra el parque de Bruselas, por el cual os recomendamos que deis un paseo y aprovechéis en descansar.
Desde aquí nos dirigimos a otra de las iglesias más bonitas de Bruselas, Notre Dame du Sablon, construida en el siglo XV. De su interior, lo que más destaca al entrar son las enormes vidrieras que iluminan el altar.
Continuamos el camino a un lugar donde ya estuvimos el primer día, el Palacio de Justicia, pero no para visitarlo, sino para ver las vistas desde el mirador, donde si el día lo permite, se puede ver el Sacre Coeur a lo lejos.
Nuestra siguiente parada, uno de los emblemas de Bruselas, el Manneken Pis. De camino a esta pequeña estatua, nos encontramos con antiguos trozos de muralla que rodeaban la ciudad antiguamente, y algunos graffitis que adornan las fachadas de muchos edificios de Bruselas. Como ejemplo, el que os mostramos en la imagen. Sin embargo, encontraréis muchos más, sobretodo del conocido personaje de Tintín.
Finalmente, llegamos al Manneken Pis, esta pequeña figura de un niño orinando, y es que mide tan solo 50 centímetros! En torno a su importancia, giran cientos de leyendas. Entre ellas, que el niño apagó una mecha encendida de esta forma tan curiosa, salvando así a la ciudad de un incendio. En el año 1698, un gobernador regaló la primera pieza de vestir al Manneken Pis, la primera de los 650 trajes que conforman su vestimenta.
En la calle que sale de la plaza del Manneken Pis, encontraréis una gofrería, con gofres a tan solo 1 euro! Y por ese precio, estaban deliciosos!!
Para completar el día, fuimos en busca de la tercera escultura que hay en Bruselas. Ademas del Manneken y Janneken Pis, encontramos el gracioso Zinneke Pis, un perro orinando en uno de los postes de la acera. Lo encontraréis en la esquina donde convergen Rue des Chartreux y rue du Vieux Marché aux Grains.
Tras el Zinneken Pis, nos fuimos a comer a Rue Midi donde encontrareis muchos restaurantes tanto de comida rápida como de menús. Teníamos que coger fuerzas, ya que nuestro viaje a Bélgica estaba a punto de terminar y teníamos que volver a Charleroi para coger el avión de vuelta a casa.
que buenos recuerdos guardo de Bruselas, me has hecho ganas de ir, que pena que esté pasando lo de ahora …
Recuerdo que tuve que casi pelear para poderme tomar la foto con la estatua al lado del ayuntamiento! y es que es bastante popular 🙂
Y la estatua de la chiquita haciendo pis no la encontramos 🙁 ni modo habrá que regresar!
Genial recorrido!Yo solo estuve de paso así que me vendrá muy bien porque es un lugar al que volveré seguro 🙂
Me encanta el Zinneke Pis, no lo conocía 😉
Saludos viajeros!!