Tras un día visitando algunas de las puntos más característicos de Roma (día 1), el día de hoy toca dedicarlo al lado más religioso de la ciudad: la Ciudad del Vaticano. Estado independiente dentro de Roma desde la firma del Pacto de Letrán, en 1929.
El despertador suena muy temprano. Salimos a la calle todavía de noche, pero viendo lo pronto que oscurece por la tarde, no nos queda otro remedio. Cogemos el metro que nos llevará al Vaticano (podéis leer como llegar en el post de datos prácticos) y tras seis paradas, ya estamos allí.
Nos acercamos a la plaza de San Pedro desde la Via della Concilliazione. A medida que nos vamos acercando, vemos con más claridad la grandeza tanto de la plaza como de la Basílica.
La plaza de San Pedro se construyó entre 1656 y 1667, según el proyecto de Bernini. El obelisco de 25 m que hay en el centro fue llevado a Roma por Calígula desde Egipto.
Hemos tenido suerte. Llegar, pasar el control de seguridad y entrar sin hacer nada de fila. No nos extraña con las horas que son.. Lo mejor de todo, la poca gente que se encuentra en el interior, lo que nos permite disfrutar de la Basílica tranquilamente, y más teniendo en cuenta que hay días que recibe a más de 20.000 visitantes. Ahí es nada…
La Basílica de San Pedro es la iglesia más grande de Roma. Su construcción se inició en 1506 y finalizó en 1626. Durante su construcción, participaron distintos arquitectos. Bramante al inicio de esta, seguido por Miguel Ángel, preparando lo que iba a ser su mayor logro arquitectónico, la cúpula, y finalizado por Carlo Moderno, diseñando la monumental fachada.
De su interior, cabe destacar la Piedad de Miguel Ángel, el baldaquino de Bernini en el centro de la basílica, la estatua de bronce de San Pedro, y la impresionante cúpula de Miguel Angel.
Salimos de la basílica, dirigiéndonos hacia los museos del Vaticano. Parece que poco a poco empieza a haber más gente para entrar a la basílica. Hemos tomado buena decisión madrugando tanto 😉
Para los museos Vaticanos, nosotros reservamos con antelación en internet ya que generalmente se suelen formar largas filas para entrar. Nuestra sorpresa, cuando al llegar nos encontramos que tampoco había tanta fila como pensábamos. Al menos a las 9 que era la hora a la que teníamos nosotros compradas las entradas. Si como nosotros, preferís ser precavidos y comprarlas de antes, podréis hacerlo aquí.
Los Museos Vaticanos cuentan con unos 7 km de exposiciones y obras maestras, convirtiéndose en el lugar que alberga una de las mejores colecciones de arte del mundo. Destacar las estancias de Rafael y la bellísima Capilla Sixtina, pero de todo esto os hablaremos en un post especial.
Para ver a un ritmo normal los Museos Vaticanos necesitaréis una media de 2 horas aproximadamente. Así pues, a las 11.30 ya estábamos fuera, preparados para realizar la visita a la Necrópolis del Vaticano. Para realizar esta visita necesitaréis haber reservado con una antelación de un par de semanas. Para ello, podréis enviar un correo electrónico a scavi@fsp.va
Para realizar la visita, tendréis que recoger las entradas en la Oficina de las excavaciones. Para ir hasta aquí, tendréis que acceder por la columnata izquierda de Bernini, entrada Via Paolo VI, pasar el control de polícía y dirigirse a la Guardia Suiza.
La visita dura aproximadamente 1 hora. Durante esta hora, entre estrechos pasillos, se nos permite contemplar centenares de mausoleos cristianos y paganos, hasta llegar a lo que se cree que es la tumba de San Pedro. No os podemos dejar fotos, ya que no están permitidas, así que tendréis que ir vosotros para disfrutarlo en persona. Una visita que aunque no sea muy conocida por la mayoría de visitantes al Vaticano, es 100% recomendada.
TIP: Al terminar la visita a la Necropolis, se sale directamente al interior de la Basilica de San Pedro, otra de las formas de evitaros las filas de entrada.
Nuestra siguiente visita era la cúpula de la Basilica, la mas alta del mundo con casi 137 metros.
Para subir tendréis que ir por la entrada de la derecha. La subida es costosa, ya que hasta lo mas alto hay un total de 551 escalones, casi nada.. Sin embargo, podréis comprar la entrada con el ascensor, que te dejaran a «solo» 320 escalones de lo mas alto. Si tenéis claustrofobia, el ultimo tramo se vuelve estrecho y las paredes se inclinan teniendo que subir de lado, pero el esfuerzo vale la pena… Las vistas son magnificas!!
Si dais la vuelta por la cúpula se pueden ver edificios del Vaticano que no están accesibles al publico, como el edificio del Gobierno Vaticano.
Abandonamos el Vaticano por Vía della Concilliazione para llegar al Castillo de Sant`Angelo. Construido para ser el mausoleo de Adriano, en lo alto se puede observar la estatua de San Miguel Arcángel, ya que cuenta la leyenda que un ángel se apareció en el tejado del castillo para anunciar el final de la plaga. Unida por un túnel subterráneo con el Vaticano, ha sido desde residencia papal, a prisión con ilustres como Galileo Galilei.
Frente a él, el puente de Sant´Angelo, acompañado de diez estatuas a lo largo del puente, que permite capturar unas bonitas instantáneas del Castillo.
Miramos el reloj y resulta que ya son las 3!! Menos mal que hemos madrugado porque aún así vamos con el tiempo justo. Nos dirigimos a comer, aunque a estas horas en muchos de los sitios quedan ya poca variedad para elegir. De camino, pasamos por la Chiesa Nuova, la cual a pesar de su nombre, cuenta con una fachada del S. XVII.
Finalmente, nos decantamos por comer en Pizzería da Baffeto. Según habíamos leído en nuestra guía, una buena pizzería para probar la verdadera pizza italiana. Cuando llegamos estaba lleno, a pesar de las horas, así pues compartimos mesa con otra pareja de españoles que resultaron ser los mismos con los que habíamos coincidido en la visita a la Necrópolis. Desde aquí os mandamos un saludo! 😉
Continuamos el día hacia la zona del Trastevere. Se trata del barrio más vibrante de Roma donde pasear por sus calles, es toda una experiencia. En el barrio del Trastevere, hay también bonitos puntos de interés que visitar.
El primero se trata de la Basílica de Santa María in Trastevere, iniciada en el 337. El principal atractivo de su interior son los mosaicos del siglo XII. Es el verdadero corazón del Trastevere.
Si seguimos paseando por este bonito barrio con aire bohemio, encontraremos la Basílica de Santa Cecilia in Trastevere. En su interior, destaca una misteriosa escultura de Stefano Maderno que revive el cuerpo de Santa Cecilia, descubierto en 1599 en las catacumbas de San Calixto.
Cruzamos el Puente Palatino para llegar a la Boca de la Verdad, una pieza redonda de mármol que tal vez formó parte de una fuente o como tapa de una alcantarilla. Según la leyenda, si uno mete la mano y dice una mentira, la boca se la arranca de un mordisco. Nosotros nos libramos…
La Boca de la Verdad se encuentra en el pórtico de la Chiesa di Santa Maria in Cosmedin, una de las iglesias medievales más bonitas de Roma.
Frente a la iglesia, encontramos dos templos romanos del S. II a.C: el tempio di Ercole Vincitore (el de la imagen) y el Tempio de Portunus.
Para acabar el día antes de regresar al hostal, queremos llevarnos una primera imagen del Coliseo iluminado. De camino hacia allí, pasamos por el Circo Massimo, antaño el mayor estadio de Roma con 25.000 asientos. Al ser de noche, no había nada de iluminación por lo que no pudimos apreciar nada. La buena noticia que están en proceso de rehabilitación de toda la zona, para devolverle su esplendor.
Llegamos al Coliseo, y a pesar del cansancio que arrastramos de todo el día, nuestra emoción es inevitable.
Regresamos al hostal a cenar y a descansar que falta nos hacía. Mañana más y mejor!
2 comentarios de “Que ver en el Vaticano”